17.10.10

Éramos pocos y parió el espacio ...

por LORENZO GARCIA VEGA para El Nuevo Herald, Miami, 2002.

La penúltima noche que estuve en Buenos Aires: fue en la casa de Reynaldo Jiménez, el poeta director de la revista tsé-tsé: fue, después de varios tragos, que un soplo nocturno, inesperadamente entró por la ventana; entonces el poeta ná Kar-Elliff-ce, sin colocarse ninguna máscara del misterio, sino sólo con lo inquietante de unas palabras, que además llegaron a como aureolar su rostro, nos dijo a todos los que estábamos allí --pero sobre todo me dijo a mí, que lo supe oír con un fervor de iniciado--, lo siguiente: ''Sí, querido Lorenzo, sé que tú me sabrás comprender. Fue una noche de tormenta, huracanada y eléctrica, azotando el rancho donde estábamos. Un rancho uruguayo, a tres kilómetros de cualquier otra casa, y sólo con mar y desierto alrededor. Pues bien, hacia las tres de la mañana nos golpearon la puerta. Así que, en ese momento, nos pareció que lo fílmico de la situación, su humo extraterreno, estaba llegando demasiado lejos (por golpear tan cerca), y esto hasta volverse real de tan irrealizable. Pero, querido amigo, eso no fue todo: después de esos, nerviosos, primeros golpes, entonces vino el primer intento de forzar, bruscamente, la puerta, y esto así, hasta que decidí emerger de la mudez azorada que me inmovilizaba. Grité algo, ya no recuerdo qué, algo muy parecido a un rugido o gruñido de yeti, y a los segundos, en medio de ese relampagueo y entre esas ráfagas marinas, se fue quien fuera que haya podido aparecer bajo los embates de esa tormenta en pleno yermo. Así que pensé de inmediato en el Turco/Adunai y en Shaitan, una de las inteligencias de la ranchonave, azotando con su sígil [``la palabrita sígil'' --me explicó entonces Kar Ellif, ''proviene del arte astrolátrico que Cornelio Agripa llamara la Magia Celeste''] a ese personaje a la intemperie, tan perplejo y atemorizado como lo estábamos nosotros''.
¡Ujule! Lo desmelenado de una Energía (con mayúscula), azotando al poeta en un rancho uruguayo. No puedo dejar de reconocer que, esta confesión del poeta Elliff, me tocó vivamente. Elliff dijo que había pensado en el Turco/Adunai y en Shaitan, mientras que yo, profundamente alterado, no dejé de recordar al demonólogo Aleister Crowley, aquél que, llegado a Portugal en medio de nubes de neblina, le metió miedo al inefable Pessoa.
Recordé...; y, como si estuviera amedrentado (ya he dicho que un inquietante soplo nocturno se había colado por la ventana de la casa del poeta Jiménez), pregunté:
--¿No sería, Kar-Elliff, que se te apareció Crowley?
Pero Elliff me respondió: 'La costa uruguaya sigue siendo el 'locus' más afín a La Irrupción''.
Pero como diría Zorrilla, ''pasó un día y otro día, un mes y otro mes pasó'', o
como diría el Apóstol Martí, ''pasó un águila sobre el mar'', por lo que ya yo no estaría en Buenos Aires, oyendo a Kar-Elliff hablar sobre ese extraño asunto, planteado por Elliff, donde se llega a saber que un ''colmillo faquiriza'', sino que estaría, como actualmente estoy, en una Playa Albina donde lluvias e inundaciones me traen el obsesivo recuerdo del rancho uruguayo donde no dejo de creer que se apareció Crowley.
Pasó, repito, un día, o un mes, o el águila del Apóstol, con el obsesivo recuerdo del rancho uruguayo, pero he aquí que, ahora, la imagen ha encarnado en un espléndido texto, recién publicado en la editorial argentina tsé-tsé, y que bien se titula ovnipersia. Ovnipersia, así mismo, la cual en una de sus solapas nos ilumina sobre el autor:ná Kar Ellif-cé: nacimiento --cuasi: Abril de 1993 en casa del Pantera, Banda Oriental.
Pero saltemos brevemente, y a como se pueda, por este inquietante texto, ovnipersia, del Kar Ellif-cé. Primero ¿qué nos dicen los críticos? Pues bien, Roberto Echavarren, ante este texto del Kar, no sólo se ve asaltado por el recuerdo de estos versos del tremendo Julio Herrera y Reissig ''Canta la noche salvaje /sus ventriloquías del Congo /en un gangoso diptongo/ de guturación salvaje'', sino que nos advierte lo siguiente: ''Ese alien decimonónico, el gaucho'', en palabras de Elliff-ce, viene en un ovni, en una nave espacial donde se abren los pulmones del idioma. Surgen ínsufaciones de la planicie'', que se levanta como casa del mundo, "capa, carpa y globo ígneo''.
Y también en Washington, el crítico Cucurto, señala: ``La estética ovnipérsica se moviliza de un lado a otro y por momentos da la sensación de estar frente a una mega producción de pintura, cine, vídeo, poesía, cómic, desfiles al estilo De Loof, y otros entretenimientos ... No obstante no creo que OVNIpersia, sea un libro neobarroso [Ojo: para el lector que no lo sepa, el neobarroso que aquí menciona Cucurto no es, precisamente, el neo barroco rococó de Severo Sarduy, sino que es un como barroco argentino que bien le puede meter miedo al miedo, pero ahora no puedo hablar de eso] aunque tenga muchos condimentos que vienen de la televisión .... Lo que sí creo, es que este libro es el punto de mayor tensión poética, de una nueva poesía argentina que se comenzó a escribir a partir de 1995, por poetas nacidos a mediados de la década del 70''.
Pero sobre todo, lo que el posible lector de ovnipersia debe tener en cuenta es que, con gracia, nos dice el Ka Elliff que ''éramos pocos y parió el espacio''. Bien, ¿y que puede significar este paritorio del espacio? Recordemos, Platón nos dijo que el espacio era, para el orden cósmico, como una nodriza. Es decir, metía al espacio, Platón, en eso de poder tener una función nutricia, como la madre. Por lo que, siglos después del filósofo griego, un gaucho argentino de la nueva poesía, el Kar Elliff, no sólo está tratando de desentrañar una tremendísima experiencia uruguaya donde puede estar metido hasta el mismísimo Crowley (recuerde, el lector, que el Aleister con quien quizá se ha encontrado Elliff, hasta aparece en la Enciclopedia Británica en calidad de "demonólogo''), sino que nos llega a dar constancia de que el espacio ha parido.
Y hay que fijarse en eso hasta ahondar en el hecho de que con Elliff estamos frente a una nueva mitología. Una mitología que... Pero ¿se trata de una poesía sólo para iniciados? No lo creo. Pues más bien Elliff, quien se presenta ''Como consumista de diversiones'', lo que nos está presentando es la mitología que unos jóvenes están tratando de descifrar, y donde, desde una zona tensa, vibrante, o disparada en el delirio mejor, podemos hasta llegar a situarnos bajo la sombrilla de este buen refrán que el gaucho de ovnipersia nos ofrece: ''Lo que naturaleza no fala mariguana orquesta''. Así que no está mal que los viejos, como el Lector que soy yo, abandonemos toda esa idiota zoncera de la experiencia, y esto, así, para poder cobijarnos en la espelunca que nos permita escuchar este refrán, sabiduría ovnipersia, que el astuto Elliff, desde una fantasmal gauchería, nos está brindando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario